lunes, 8 de junio de 2009

...DIOS...




¿Por qué culpas a Dios de tu sufrimiento?
¿por qué a Dios?, Dios no tiene la culpa,
los culpables somos nosotros.
El sufrimiento no lo provoca Dios,
los provoca el hombre mismo.
Dios es amor, paz y tranquilidad.


Culpas a Dios por la miseria,
el pecado... de todo ¿y tú?
¿tú qué haces para ayudar a Dios?,
lo ayudas pecando, buscando culpables,
¿esa es tu ayuda?, ¿de esa forma lo ayudas?


La única forma de que ayudes a Dios
es creyendo en él, confiando en él.
Dale un poco de poder a Dios;
Ábrele las puertas de tu corazón
y tu vida cambiará en instantes.


Deja de culpar a Dios del sufrimiento
tu sufrimiento de hoy no se compara
con el sufrimiento de Dios al vernos
pecar, intrigar... Dios sufre
más que tú, deja de culparlo.


Dios es amor, paz y tranquilidad
¡y si piensas que él tiene la culpa!
es porque aún no lo has encontrado.
Te pido lo respetes y no niegues que existe.
Si quieres evitar el sufrimiento
confía en él y habla con él.


Dios escucha cuando le hablas,
cuando le hablas con el corazón.
Este bello mundo él lo creó para ti
y tu eres una de sus creaciones,
tu vida es obra y milagro de su poder.


Ten fe y moverás montañas,
Dios no tiene la culpa, la tiene
el hombre mismo con sus acciones.
Gracias a él vivimos, amamos,
porque nos creo a su imagen y semejanza.
Dios es amor, paz y tranquilidad.


La mano de Dios está presente en ti,
te lo demuestra día tras día en tu familia,
trabajo, salud, amor...
Dios está presente en tu vida
y aunque lo niegues así es.
Si sufres no es culpa de Dios, es tuya.


Y así es la vida, la única forma
de cambiarla es no negando a Dios.
No reniegues su existencia, no,
porque él te ama, si creyeras en él
verías al mundo con ojos diferentes
y entenderás el sufrimiento que ves.
ES PROPIO DE UN IGNORANTE ECHAR LA CULPA A LOS OTROS DE SUS DESGRACIAS.


AUTOR: TERESA AMECA SILVESTRE.



1 comentario:

  1. Es un bello poema en donde la autora nos pide que seamos mas agradecidos con Dios, y en lugar de mostrarnos insatisfechos, volvamos los ojos al Ser Supremo en donde podamos hayar la paz y el consuelo a nuestras aflicciones.
    mil felicidades

    Gualberto Alcàntara Olalde

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